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Rosácea. ¿Qué es y cómo tratarla?

La rosácea es una de esas patologías a las que no se les presta mucha atención, sin embargo afectan a una buena parte de la población y puede llegar a ocasionar problemas psicológicos a quienes la padecen.

¿Qué es la rosácea y qué síntomas tiene?

Se trata de un trastorno inflamatorio facial que provoca erupciones, enrojecimiento, visibilidad de los vasos sanguíneos y en ocasiones pequeñas pústulas (no debe confundirse con el acné) o, incluso, la sensación de tener la piel más dura de lo normal.

La persona que la padece suele sentir sensación de ardor, quemazón y una mayor sensibilidad en la zona afectada, que habitualmente es la nariz, pómulos, mentón y frente.

Sus síntomas suelen manifestarse en forma de brotes que remiten tras unas semanas con el adecuado tratamiento de control ya que no existe una cura como tal.

La rosácea puede afectar a cualquier persona pero se da especialmente en mujeres fumadoras con más de 30 años y piel con fototipos sensibles a las quemaduras solares.

 

Causas de la rosácea

Sus causas son desconocidas pero la teorías más extendidas señalan a factores como un sistema inmunitario hiperactivo, motivos hereditarios y, sobre todo, a factores externos.

Entre otros desencadenantes de los brotes de rosácea se podrían destacar:

  • Vino tinto y otras bebidas alcohólicas
  • Temperaturas extremas
  • Exposición al sol
  • Emociones intensas
  • Ejercicio físico intenso
  • Medicamentos que producen vasodilatación
  • Ciertos productos cosméticos o de cuidado del cabello.

 

 Tratamiento para la rosácea

La prevención de la aparición de brotes es compleja ya que los factores desencadenantes pueden ser muchos y al no existir una cura como tal, lo único que podemos hacer es tratar los síntomas para aliviarlos o reducir el nivel de afectación de quienes la padecen. en este sentido los pasos a seguir son:

  • Identificar los factores desencadenantes, ya que pueden ser distintos para cada persona, y evitarlos en la medida de lo posible
  • Mantener una buena hidratación de la piel.
  • Evitar productos irritantes y utilizar maquillajes adecuados para nuestro tipo de piel.
  • Utilizar productos de protección solar.

En caso de producirse un brote:

Si es leve se puede controlar mediante tratamientos tópicos para el acné, metronidazol, ácido azelaico u otros. Para este tipo de casos es especialmente útil la formulación magistral individualizada como tratamiento para la rosácea.

Ante casos de mayor gravedad se suele recurrir a antibióticos y tratamientos láser para reducir los vasos capilares visibles en la cara.

 

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