Consideramos que un proceso febril se produce cuando se sobrepasan los 37,3, pero siempre se deben tener en cuenta las circunstancias y como se ha hecho la medición para que podamos tomarla en cuenta a la hora de decidir si existe fiebre o si algo no marcha como debe en nuestro cuerpo.

Recuerda que la fiebre es una reacción natural del cuerpo ante agentes externos como los microbios que causan una infección de cualquier tipo y, salvo que se sobrepasen los 40º, no suele ser peligrosa. A pesar de esto siempre es recomendable consultar al médico para que pueda determinar la causa del proceso febril.

Con la preocupación por el contagio por el COVID la venta de termómetros de todo tipo han incrementado pero los más demandados son los termómetros de infrarrojos.

Sea cual sea el tipo de termómetro, para que la medición sea efectiva y no de errores de interpretación es importante que conozcas como funciona y sobre todo, como utilizarlos.

Termómetros de mercurio, los clásicos.

Son los de toda la vida, al menos hasta que se prohibieron en 2014.

Están compuestos por una pieza de vidrio , unida a una de metal que contiene mercurio en su interior. En ellos la temperatura se mide gracias a la calibración del vidrio.

Estos termómetros necesitaban un contacto directo con la piel por al menos 3 minutos para que el mercurio se dilatara y llenara el vidrio hasta la marca de temperatura correcta. Para ello solían usarse en las axilas, la boca o el recto.

Este tipo de termómetros están desaconsejados por la OMS y fueron prohibidos por la Unión Europea en 2014. Las razones son obvias. Se trata de un elemento de vidrio, con los riesgos de rotura que esto supone, y por si fuera poco se encuentra relleno de mercurio, un metal pesado y tóxico.

Termómetro digital de contacto.

Hoy por hoy son los más comunes en todos los hogares. Estos termómetros sustituyen el mercurio de los antiguos por un sensor de temperatura, conectado a una pieza metálica que necesita el contacto con la piel para hacer una medición correcta.

Además de la seguridad al no contener mercurio, estos termómetros cuentan con la ventaja de avisarnos cuando la medición se estabiliza y se considera correcta, así como proporcionar una lectura mucho más cómoda y fácil gracias al display.

Termómetros digitales por infrarrojos

Son la última moda en medición de temperatura y su uso ha sido propiciado por la pandemia, buscando una medición rápida que evite el riesgo de contagio por contacto.

A pesar de que su exactitud está condicionada por la pericia de la persona que realiza la medición, cuenta con la ventaja ser muy rápido y cómodo.

Su funcionamiento se basa en la medición de los flujos de calor en las superficies, como los termómetros de infrarrojos que se utilizan en industria. En función del modelo puede estar preparado para tomar la temperatura en la frente, en las muñecas o incluso en el canal auditivo, donde las cifras que arroje serán mucho más exactas.

Habitualmente basta con encenderlo y acercar el dispositivo a unos 3 cm de la frente o la muñeca. Aún así, es imprescindible seguir al detalle las instrucciones del fabricante para asegurarnos de que estamos midiendo según está diseñado el termómetro.

Este tipo de termómetros cuentan con la desventaja de que si se toma la temperatura en una superficie corporal que está expuesta a los elementos, puede no dar una cifra real. Por ejemplo cuando se ha estado expuesto al sol o a fuentes de frío inmediatamente antes de la medición.

Recuerda que en la farmacia tenemos a tu disposición termómetros profesionales y estaremos encantados de recomendarte el que mejor cubra tus necesidades.